Queridos amigos profesores:
El mes de Mayo está vinculado
tradicionalmente a María. Puede ser una ocasión oportuna para tratar con los
alumnos la figura de María en alguna de sus diversas facetas. Puede ayudar el hecho del auge que tiene en
nuestras sociedad todo lo relacionado con la mujer y el feminismo.
La persona de María tiene interés
como creyente, madre de Cristo y de los creyentes y mujer nueva, tal como la
presenta la Biblia.
Como creyente, es importante
subrayar que María se ha fiado de Dios y ha creído. A veces se tiene una imagen
desfigurada de la Virgen como si ella estuviera constantemente recibiendo
mensajes del cielo para indicarle lo que debía hacer. Es una idea falsa. Más
aún, la fe de María fue probada mucho más que la nuestra, aunque también ella
recibió gracias especiales por ser la Madre de Cristo. Conviene acercar la
persona de María a los alumnos para que puedan tenerla como modelo de mujer
creyente que ha cumplido la voluntad de Dios. Esto ayudará a entender que la fe
es confianza en Dios, en su palabra y en el plan que dispone para cada uno de
nosotros. Esto no será posible sin las virtudes de María: obediencia y
humildad.
Otro aspecto de María es su
maternidad. Aunque ha concebido a su Hijo por obra y gracia del Espíritu Santo,
María es plenamente Madre y ha ejercido como tal en la vida de Cristo: de niño,
adolescente, joven y adulto. Aunque no entendía cosas de su Hijo, dice el
evangelio que guardaba todo en su corazón y lo meditaba. Poco a poco fue
comprendiendo el destino de su Hijo y llegó a comprenderlo plenamente después
de la resurrección y de la venida del Espíritu Santo. Su fe fue creciendo al
hilo de los acontecimientos. Al pie de la cruz es modelo de fortaleza,
capacidad de sufrimiento, paciencia y esperanza. Por eso, Jesús nos la dio en
la cruz como Madre para que nos eduque en estas actitudes. Al dársela al
apóstol Juan como Madre, nos la dio a cada uno de nosotros y nos educa en la
vida cristiana si la tenemos verdadera devoción.
María es la Mujer Nueva porque se
contrapone a la primera mujer, Eva, que no supo vencer la tentación del
enemigo. En este tiempo en que se habla tanto de la mujer, hay que saber
presentar un verdadero feminismo acorde con la dignidad de la mujer. Jesús
llama a su madre dos veces «mujer», indicando la importancia de su condición
femenina en la vida de la Iglesia. A este tema el papa san Juan Pablo II dedicó
una carta apostólica titulada Mulieris
dignitatem (La dignidad de la mujer), que, según una literata italiana es
un texto magnífico sobre la mujer (se puede encontrar en internet).
Con mi cordial afecto