17 feb 2020

FORMACIÓN SECUNDARIA

 Empezamos poniendo nuestra foto en los carteles que hay colgados en la pared indicando cuál era la emoción básica con la que nos sentíamos identificados ese día.
A continuación, se colocaron los diferentes anclajes  en el centro del círculo que formamos todos los compañeros junto a Fermín. Fermín colocó la vela y Ester la “botella de la calma”. Esta vez, fue Ester quien empezó nuestra pequeña meditación. Cerramos los ojos, respiramos profundamente y nos guió con su discurso  a un estado de relajación profunda y alcanzar así paz interior.

Después, Fermín puso música de fondo y nos leyó la parábola de los talentos. Al terminar, nos indicó que imagináramos que estábamos en un bosque donde había estatuas cada una con su gracia, don  o talento. Había un museo en medio del bosque y una estatua que estaba vacía y debíamos introducirnos en ella. En ese momento iban a ir pasando los distintos grupos de personas: el primer grupo eran nuestros amigos y familiares; el segundo, nuestros compañeros de trabajo y el tercero era Jesús. A todos ellos, debíamos escucharles porque iban a ir diciendo los talentos que teníamos.
Posteriormente, Fermín nos explicó que teníamos que pintar en un folio el bosque y la estatua y escribir lo que habíamos escuchado decir de nosotros (los talentos que teníamos) y con la plastilina realizar dos símbolos. Uno para nosotros y otro para compartir con los demás.
Una vez terminada la tarea, procedimos a compartir con los compañeros lo que habíamos escrito y a regalarnos el segundo símbolo expresando el por qué.
Como siempre, el clima de trabajo ha sido bueno y la experiencia muy enriquecedora.